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Sistema de aire comprimido: Cómo lograr la eficiencia energética

Sistema de aire comprimido: Cómo lograr la eficiencia energética

Desde hace años, las empresas trabajan en la búsqueda de soluciones que permitan la optimización de sus recursos, tanto económicos como no económicos, respetando el medio ambiente y las respectivas políticas empresariales dirigidas a su negocio.

Cuando se trata del concepto de eficiencia en los sistemas de aire comprimido hay 3 aspectos principales a considerar.

Sistema de aire comprimido: Cómo lograr la eficiencia energética

Eficiencia del sistema de aire comprimido: análisis de auditoría energética

El análisis del consumo semanal, incluidos los fines de semana, a través de una auditoría energética específica según las directrices de la ISO 11011 ayuda a apoyar las decisiones de inversión. Sólo si la situación de partida es clara se pueden tomar medidas efectivas y eficientes para optimizar sus sistemas de aire comprimido.

La auditoría requiere la instalación temporal, a bordo de la máquina, de instrumentos de medición que detecten las absorciones del compresor en términos de potencia/corriente y supervisen los perfiles de carga durante un período de 1 a 2 semanas que sea significativo para el tipo de uso y de acuerdo con los ciclos de producción de la empresa.

La eficiencia energética, que permite reducir el consumo, es comparable a una fuente renovable, ya que todo lo que no se consume no se produce.

Sistema óptimo de aire comprimido: compresores de bajo consumo

Una vez conocido el consumo de energía, una condición necesaria pero no suficiente es instalar compresores de última generación, con perfiles optimizados y equipados con motores de alta eficiencia energética. De esta manera, la optimización se garantiza mediante el fraccionamiento del sistema y el dimensionamiento de las máquinas según las cargas base, media y pico:

  • continuidad a los usuarios, mediante una reserva adecuada
  • la mínima absorción eléctrica posible cuando el consumo varía, reduciendo las pérdidas en vacío, evitando las lagunas de control y los encendidos y apagados demasiado frecuentes.

Una gestión inteligente y previsora por parte de un supervisor contribuye a la explotación homogénea de los compresores haciendo que las máquinas funcionen con un perfil de consumo más reducido.

Red de distribución de aire comprimido para la eficiencia energética de las empresas

Tener una red de distribución de aire comprimido ineficiente puede llevar a un alto consumo de energía, reduciendo la productividad y provocando un deterioro del rendimiento y del ciclo de vida de los instrumentos.

De hecho, las tuberías de más de 5 años de antigüedad causan un riesgo de fuga de hasta el 25%, pero, a pesar de ello, muchas plantas siguen siendo poco reactivas en la aplicación de intervenciones destinadas a mejorar la estructura, de acuerdo con soluciones más avanzadas tecnológicamente.

Para saber si mi sistema de distribución de aire comprimido es eficiente, ¿qué debo hacer?

Hay que prestar atención a estos signos e indicadores:

  • La baja presión cae entre el compresor y el punto de uso del aire comprimido.
  • Mínimas fugas en las tuberías.
  • Eficiente separación de condensados cuando no hay secador.
  • Diseño adecuado de la red de distribución de aire comprimido en cuanto a: tamaño de la tubería (DN), con velocidades de paso recomendadas entre 4 y 8 m/s y selección de materiales en la parte húmeda, antes del tratamiento (acero inoxidable/aluminio) y en la parte seca, una vez que el aire se ha secado (acero galvanizado/aluminio).

Hablando de materiales: el consejo es elegir un sistema de distribución modular y ligero que pueda reducirse posteriormente si la demanda de aire comprimido aumenta o cambia con el tiempo.

Esta elección afecta a las pérdidas de presión a lo largo del sistema, debido a las pérdidas de presión, lo que puede llevar a un aumento del 6% del consumo total de energía por cada barra de fuga y afecta a la calidad del aire al final de la línea.

También debe garantizarse una refrigeración adecuada del sistema mediante la explotación de la cabeza residual de los compresores, si el aire caliente se canaliza de forma adecuada, sin la adición de ventiladores adicionales (ahorro de kW), y mediante la provisión de suficientes aberturas en el local para garantizar tanto el flujo de aire a los usuarios como la refrigeración.

También es interesante la posibilidad de recuperar la energía térmica generada por el compresor a través de un intercambiador de calor que, al enfriar el aceite lubricante, da calor al agua para ser utilizada, por ejemplo, como agua doméstica en el sistema, reduciendo el consumo de combustible en la caldera.

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